Mientras se construye la Santa María de los Buenos Ayres, las Navegaciones Educativas Inclusivas se van fortaleciendo en su organización y contenidos. Dar y recibir. Aprender. Avanzar en el camino iniciado en 2010, con la primera NEI.
Hoy, ese dar y recibir tuvo el número 19 y se transformó en una navegación que marca un hito en la historia de las NEI de la Fundación, ya que por primera vez, se utilizaron dos veleros, embarcando a un grupo de jóvenes puntanos.

Así, se inició la federalización del proyecto, el 27 de septiembre, con la llegada de un grupo de alumnos de la Escuela Digital de Estancia Grande, San Luis, acompañados por la secretaria de Educación de ese Municipio, Eugenia Ojeda y un docente de Educación Física, Elías Villegas.

Las actividades comenzaron con  desayuno y la charla previa, que esta vez estuvo a cargo de Horacio Ezcurra, quien habló sobre las virtudes de la navegación a vela, explicó las actividades a realizar a bordo y especialmente, habló sobre seguridad. Acompañó, Leo Lalín.

Horacio Ezcurra habla sobre seguridad

 

El día acompañó con sol y sólo algunas nubes, y viento fue moderado. El grupo se repartió entre las dos embarcaciones. El Furia, con Jorge Remedi como capitán y capacitador a bordo, Carlos Manuel López, como asistente y los grumetes Elías Villegas, Lucas Rossas, Soledad Nievas, Franco Quiroga y Ramón Lucero, chofer de la combi.

El velero Furia

 

En tanto, en el Fjord VI, del Yacht Club Argentino, a cargo de Carlos Saguier Fonrouge, lo hicieron Eugenia Ojeda;  los alumnos, Brayan Cabrera, Gonzalo Colombi, Juan Quiroga, Jésica;  como capacitador de la FEGB, Juan Pablo Costa y Ana Moller Jensen, como prensa, fotografía y observadora. Apoyo de tierra, un agradecimiento especial a Matías Paillot.

 

El grupo del Fjord VI.
Con las sonrisas a los cuatro vientos

 

La NEI 19 zarpó desde las amarras del YCA y una vez en aguas abiertas, frente a la costa de la Ciudad de Buenos Aires y a la hora del almuerzo, y como las condiciones de las aguas del Río de la Plata lo permitieron ambos veleros fondearon y se abarloaron, lo que permitió sumar a los jóvenes puntanos, más emoción a la ya de por sí experiencia inédita en navegación para todos ellos.  Cada tripulación permaneció en su velero y sobre cubierta, degustaron el rico almuerzo, en el que no faltaron las anécdotas de la primera parte de la navegación.

Fondeados. Hora de almorzar

 

Más tarde, el Furia y el Fjord VI hicieron un recorrida por el puerto de la Ciudad, llenando de asombro a los alumnos, que nunca antes habían tenido la oportunidad de ver cómo los enormes barcos eran cargados con contenedores, trabajo que se realizaba desde enormes grúas. También, tuvieron el privilegio de ver, desde el agua, el nuevo de ferry de Buquebús, “Francisco”.

Y luego, la entrada al puerto, con las sonrisas a los cuatro vientos. Felices, cansados, algo mojados pero llevando cada uno consigo, grumetes y voluntarios de FEGB, la enorme satisfacción de haber compartido una experiencia enriquecedora para todos. Visitantes y anfitriones.

 Charla y entrega de certificados

 

Los veleros fueron recibidos en su amarra por Diego Leivas, quien hizo entrega de los certificados a los navegantes y como ya es costumbre, antes de cerrar la jornada los grumetes  hacen una devolución, siendo este momento uno de los momento más importantes para los integrantes de la Fundación, porque de sus resultados, se sigue, corrige y aprende.

Testimonios
"Ver la vida de otra manera"

 “Todas las expectativas que traíamos se han cumplido, ha sido una vivencia fantástica. Hemos visto la solidaridad, el trabajo en equipo. Sé que será inolvidable para los chicos pero yo veo más allá de todo esto porque como secretaria de Educación del Municipio de Estancia Grande, esta experiencia está dentro de los objetivos que busco. Que los chicos puedan tener una apertura mental, que puedan ver el mundo de otra manera a través de distintas vivencias. Estoy muy satisfecha con este viaje porque creo que va a producir un cambio en ellos, van a ver la vida de otra manera. El proyecto de la FEGB es muy bueno y la experiencia ha sido fabulosa. Nos hemos divertido mucho y también pasado un poquito de miedo en algunos momentos pero la adrenalina a full, realmente recomendable y algo distinto, sobre todo, para los chicos del interior”. Eugenia Ojeda.

Eugenia Ojeda, al timón

 

“Esta experiencia fue muy linda y positiva. Tuve la suerte de poder acompañar a los chicos y participar con ellos en todas las actividades. Muy bueno todo lo que vivimos acá”. Ramón Lucero.

“Disfruté mucho de ver como  los chicos, integrados a todos nosotros, trabajaron en equipo. El trabajo de Jorge, el capitán y capacitador del barco en el que a mí me tocó navegar (Furia), fue excelente. Supo acompañarnos muy bien, con mucha paciencia y dedicación. Nunca habíamos navegado, no tenemos experiencia pero si nos equivocábamos en alguna tarea, nos estimulaba para que sigamos intentando hacerlo bien. Se cumplió todo lo que nos dijeron en la charla previa, lo de mirar al otro, trabajar en equipo, estar atentos, escuchar”. Elías Villegas.

"¡Se pasaron de bueno!"

“Yo sabía que esto iba a estar bueno pero ¡no tanto! ¡Se pasaron de bueno! Increíble, vivir esta experiencia, para nosotros, que somos de San Luis, hubiera sido casi imposible sin la Fundación. Navegar en un velero, saber cómo funciona, navegar adentro del puerto, pasando muy cerca de los barcos ¡nunca había visto barcos tan grandes!  Al principio tenía un miedo terrible pero se me pasó y me encantó”. Lucas Rossas, grumete.

"Me sentí acompañado por todos"

“La experiencia que tuvimos hoy en el barco fue excelente. La verdad es que me sentí acompañado por todos. Con un poco de miedo, eso sí, bah, mucho miedo pero lo superé. Trabajamos en equipo. Todo excelente”. Juan Quiroga
“Me encantó todo lo que hicimos, el proyecto es muy bueno y me gustaría formar parte de él. ¡No me quería bajar del barco!

Un poquito de escora...

 

¡Quiero quedarme acá! Ojalá se logre terminar el barco que están haciendo en el astillero así pueden ir más chicos. La navegación estuvo muy buena, trabajamos juntos y si no lo hacemos, nos hundimos. Además, es como que trabajás con el otro todo el tiempo a veces, sin darte cuenta. También, se dio eso de mirar al otro porque todo el tiempo estaba mirando a mis compañeros, para ver si estaban bien, si necesitaban algo, si no se caían…”. Gonzalo Colombi, grumete.

 

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