Un vínculo que se transforma en certeza cuando las ideas de alcance nacional de la FEGB se van haciendo realidad. Cuando encuentran en el camino de su proyecto, entidades como el Yacht Club Rosario y su gente.
El comodoro del club, Enrique Bó, reflexionó acerca de este reciente pero firme vínculo iniciado.
 

“Ya imaginamos a la Santa María con sus mástiles y velas trepando el Paraná”
 

“Sucede en el club y en esos espacios de reposo o descanso donde aparece una voz que dice algo así como que hay un proyecto de la construcción de un barco. Al principio parece un nimiedad, algo intrascendente, pero al cabo de un rato el comentario se profundiza porque justamente quien lo está relatando se ha embebido lo suficiente en el tema como para decir cosas como que existe una fundación, la Fundación Escuela Goleta del Bicentenario que construirá una Goleta que se llamará Santa María de los Buenos Ayres.
 

Al rato comienza a describirla y nos dice que tendrá sesenta metros de eslora, que la diseñó Germán Frers, que será un barco escuela, que es un proyecto federal, que navegará por los ríos y por los mares, que estará preparada para ser navegada por discapacitados o personas en recuperación de adicciones, sigue hablando y nos cuenta tantas cosas sobre la Goleta, que finalmente decimos, pues hay que conocer a los de la Goleta. 

De ahí en más fueron reuniones, presentaciones, informarse de la envergadura del proyecto. 

Desde el Yacht Club Rosario decidimos apoyar este proyecto, ofreciendo nuestro puerto. Nuestros instructores. Nuestra infraestructura para lo que sea necesario.
 

Decidimos también donar una bita. Esa bita que ya está construida tiene grabado el nombre de nuestro club y es un orgullo para nosotros como institución que eso sea así. Será parte de la Goleta y testigo de todos los cabos que afirmarán su amarra.
 

Esta actitud tomada por club tiene un porqué. Un velero escuela, es eso, una escuela, que para el caso es una embarcación que es propulsada a vela y que puede ser navegada solamente con un equipo de personas adiestradas.
 

Navegar a vela es una actividad donde la sensación de libertad y el contacto con el medio natural nos llena como seres humanos. En ese estado, las personas a bordo tiene un compromiso, una labor, que solo tiene éxito si todos sus integrantes cumplen con su parte.
 

A mi modesto entender es un claro ejemplo de cooperación y libertad. Las personas aprenden a integrarse, a colaborar, cumplir disciplinas. Aprenden un arte y una ciencia que implica llevar la embarcación a destino. Aprenden a navegar, abriendo sus alas y su mente. La Goleta Santa María de los Buenos Ayres es un proyecto digno de ser apoyado. Será la insignia del aprendizaje y del esfuerzo mancomunado.
 

Envío a través de estas líneas un saludo a la Fundación y a Horacio Ezcurra, a Jorge San Martino y Ana María  Moller Jensen, que han impulsado el proyecto en Rosario. 

Desde el Yacht Club Rosario ya imaginamos a la Santa María con sus mástiles y sus velas trepando el Paraná”.