Un grupo de jóvenes de la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina, (ASDRA), que desarrolla programas de contención, promoción e información para lograr la plena inclusión de las personas con síndrome de Down a la sociedad; participó de una muy novedosa experiencia en el exterior, denominada "Operazione Colombo", a bordo de la "Nave Italia".

María Belén Contreras y Bárbara Cincotta,  licenciadas en terapia ocupacional y fonoaudiología, respectivamente,  fueron las monitoras y responsables de acompañar  a los chicos y el jueves 9 de agosto, en el marco de los festejos por el 24 aniversario de la institución,  realizaron una charla en la que contaron la experiencia y compartieron con sus asociados y amigos, relatos de esta vivencia tan estimulante. 

 

Preparativos

 

Participar de este proyecto llevó una preparación de cinco meses. “Comenzamos a planificar todo en el mes de diciembre y en febrero ya iniciamos las reuniones para partir, llenos de ilusión, en mayo”, comenzaron diciendo en una breve charla mantenida con la prensa de la FEGB.
 

- ¿En qué consistió la preparación?
 

- Primero que nada tratamos de acercarnos al idioma italiano y lo hicimos mediante material que nos enviaron ya que era muy importante que tanto los chicos como nosotras pudiéramos mantenernos comunicadas con la tripulación del barco, que era italiana. Luego realizamos todo tipo de actividades, relacionadas con la convivencia y sobre todo, la preparación laboral, ya que estos fueron los dos pilares del proyecto.
 

- Parte de la preparación fue tomar contacto con miembros de la Fundación Escuela Goleta y visitar el astillero, donde se construye un barco con objetivos de inclusión. ¿Cómo pudieron capitalizar esa visita?
 

- Fue muy bueno para los chicos esa visita y la charla con Marcos Matesa, navegante, y uno de los capacitadores voluntarios de Fundación, que pudo transmitirnos algunas de las sensaciones y situaciones que podíamos llegar a vivir a bordo de la Nave Italia.  Nos dio algunos tips que debíamos conocer y tener en cuenta, nos habló sobre la alimentación y qué hacer si en algún momento, sentíamos algún malestar originado por la navegación propiamente dicha, además de darnos algunos datos sobre las partes principales de un barco. Nos vino muy bien la charla mantenida con él.
 

- Finalmente, estuvieron siete días a bordo…
 

- Sí, el proyecto en sí tuvo una duración de 14 días y la navegación fue de siete. 
 

- ¿Qué les dejó la experiencia?
 

- La experiencia la vivimos como grupo; nosotras, profesionales, junto a los chicos. Un grupo de seis personas  frente a un proyecto, trabajando en equipo. La principal enseñanza fue saber que estas experiencias son posibles. Que se pueden hacer, con mucho trabajo, esfuerzo y compromiso. Y la sensación última fue la de libertad en todo el sentido de la palabra. Los jóvenes fueron libres, totalmente autodeterminados, autogestores y cumplieron con su rol de adultos, de trabajadores, de compañeros. Creo que es lo que nos deja esta experiencia. Fue muy bueno escucharlos decir: “No sentimos totalmente libres”.
 

- Cuando llegó la invitación de compartir con jóvenes de otros países, todos juntos en un mismo barco, al no tener experiencia en navegación, probablemente se preguntaron por qué un barco. ¿Ahora tienen la respuesta?
 

- Sí, totalmente. Ninguna de las dos teníamos experiencia ni habíamos navegado ni participado de un proyecto de este tipo, los chicos tampoco.  La realidad es que a bordo todo transcurre con mucha rapidez, se hacen más visibles todas las situaciones, todas las tareas, las propuestas y los resultados. En poco tiempo y en poco espacio tuvimos que adaptarnos al lugar, a las personas, a las culturas, porque los participantes proveníamos de cuatro países totalmente distintos y como lo contábamos en la charla, saber que si uno no cumple con una tarea, complicaba a todos los demás. Se trabaja la toma de decisiones, el cumplimiento de responsabilidades, disciplina porque además, teníamos esa responsabilidad para con el proyecto y para con nosotros mismos. Y todo comenzó desde el mismo día de la preparación y todo salió muy bien.

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Señalando el mapa, durante la charla en la sede de ASDRA.

Familiares y amigos, acompañaron con gran interés la experiencia de los jóvenes.