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Octava Navegación Inclusiva, a toda vela

  
   El sol salió a pleno y el viento sopló a 16 nudos.  Así,  el sol y el viento acompañaron a los tripulantes y grumetes de la Octava Navegación Inclusiva de la Fundación Escuela Goleta del Bicentenario, que por esos días, junto a la Escuela Goleta Santa María de los Buenos Ayres,  celebró el primer año desde el inicio de las Navegaciones Inclusivas, mientras el bergantín goleta, diseño de Germán Frers, se construye en el astillero CINAR.


En un día especial y desde las amarras del Yacth Club Argentino de Dársena Norte, zarpó el Fortuna II, al mando del teniente de navío, Sebastián Musa, y su tripulación,  llevando a bordo a un grupo de jóvenes que con gran entusiasmo, pudieron participar de la experiencia de las navegaciones integradoras por el Río de la Plata, frente a la costa de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante las cuatro horas que duró la navegación, los grumetes pudieron interactuar entre sí, realizar las maniobras que un barco a vela requiere y fundamentalmente, lograr los objetivos trabajando en equipo.  Al regreso y a la hora de las devoluciones, de hablar de los resultados con respecto a las expectativas, los grumetes hablaron sobre las experiencias vividas  a bordo.

“Me permitieron participar y aprender”

Para Virginia Hygonenq, venir desde Luján para participar de su primera navegación a vela, fue todo un acierto: “Esta fue una experiencia muy linda. Es para no perdérselo. Rescato fundamentalmente el equipo humano que nos acompañó y el trato que tuvieron conmigo, fue impresionante para mí ya que además, soy nueva en todo esto, nunca había navegado a vela”.
Agregó, entusiasta, que “me enseñaron mucho, me permitieron participar y aprender, no sólo mostrándome cómo sino dejando que yo lo haga. Eso para mí fue muy enriquecedor. El dejar hacer. Eso y toda la experiencia en general que viví a bordo”.

“Todo en sintonía”

Por su parte, Lionel Gamarra, de la localidad de Banfield, estudiante de Relaciones Internacionales,  dijo al llegar que “lo vivido fue muy agradable, desde todo punto de vista, desde la charla previa, la organización, con los participantes y organizadores en una gran sintonía y entusiasmo a bordo. Nos acompañó el tiempo y además, la tripulación y el capitán, de lujo. Esta será para mí una experiencia inolvidable, sin lugar a dudas”.

 

“Todos fuimos tripulantes e iguales”

Para Inés María Correa, con algún conocimiento previo en el programa "Naveguemos Juntos", también fue una muy buena experiencia: “Tengo una capacidad diferente a raíz de un problema en la médula y debo decir que esta fue para mí una jornada espectacular. El comandante del barco nos hizo sentir a todos tripulantes e iguales. Estoy muy agradecida de haber podido vivir esta experiencia y creo que este proyecto de la Escuela Goleta es muy bueno”.

“Muy enriquecedor”

Otro de los grumetes, el médico Gabriel Alvarez, con residencia en la ciudad de Rosario, dijo sentirse muy afortunado por haber podido ser parte de esta experiencia. “Me parece muy bueno el grupo que está acá, trabajando con la Escuela Goleta. La experiencia me encantó y le deseo a todo el mundo que pueda participar de estas navegaciones, de esta experiencia tan enriquecedora y ojalá la construcción se pueda finalizar pronto”.

“Trabajamos en equipo”

Juan Pablo Costa es instructor de vela y sus amigos le dicen Tai. Para él, fue “muy buena esta navegación, junto a la gente de la Fundación y los tripulantes del Fortuna II. Estuvimos todos juntos y trabajamos en equipo. Fue una vivencia lindísima, me encanta navegar y hacerlo de esta manera, con integración, me encantó y de todo corazón, agradezco a la Fundación escuela Goleta por este proyecto tan enriquecedor”.

“Esta es una gran familia”

Por último, Jorge Herrera Filas, quien apenas subió a bordo comenzó a transformar a toda la tripulación  y a los grumetes en primos y tías.  “Esta es una gran familia” destacó, con una gran simpatía y entre otras actividades realizadas a bordo, fue quien más tiempo llevó el timón: “Me encantó timonear, fue muy divertido e interesante. Me sentí muy bien, todo salió muy bien, también los sándwiches y sobre todo, las olas grandes que formó el barco que salió del puerto atrás nuestro. ¡Eso sí que estuvo bueno!” Antes de despedirse y luego de recibir los certificados, el grupo prometió intercambiarse las fotografías y al unísono pidieron: ¡queremos volver!

La Octava Navegación Inclusiva suma 15 millas más al proyecto de la Escuela Goleta Santa María de los Buenos Ayres. Estuvieron a bordo por parte de la FEGB, uno de los miembros fundadores y voluntario Matías Paillot, como capacitador y Ana Moller Jensen como observadora y prensa. Desde tierra, el apoyo fue brindado por el vicepresidente y voluntario Jorge San Martino y Carlos López, también voluntario y vocal del Consejo de Administración de la Fundación Escuela Goleta.

Trabajo a bordo. ¡A cazar la mayor!

 Hay equipo...
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